En esta ocasión les traemos una receta especial de una bebida que provee diferentes propiedades reconstituyentes a nuestro organismo. Este es el jugo de aloe vera.
¿Para qué sirve el jugo de Aloe Vera?
Ya es sabido que el aloe vera se lo utiliza bastante en el ámbito de la belleza por los beneficios que brinda a la piel, en especial cuando a cicatrices se refiere.
Pero esas mismas propiedades cicatrizantes y regenerativas también las provee al organismo, y por lo mismo, se convierte en uno de los remedios naturales más importantes para nuestro aparato digestivo.
Aparte de que brinda una gran cantidad de vitaminas, enzimas y aminoácidos esenciales al cuerpo en general y lo desintoxica.
Así que es una excelente opción si te sientes con reflujo o tienes gastritis.
Receta de zumo de Aloe Vera
Dicho todo lo anterior, ya comprenderás la importancia de esta planta y el porqué de nuestra receta. Así que aquí te dejamos los ingredientes y el paso a paso para preparar un jugo de aloe vera.
Ingredientes
- Hojas o pencas de aloe vera
- Miel natural
Procedimiento
- Si tienes una planta de aloe vera, procura cortar una de sus hojas desde la base sin lastimar al resto. Por otro lado, si no la tienes, en el mercado suelen venderte las pencas. Eso sí: una vez lo compres, trata de preparar el zumo lo antes posible.
- Lava la hoja de aloe vera y extrae el gel interior de la planta. Procura retirar la capa amarilla que suele estar en la corteza, pues tiene un sabor bien amargo.
- Coloca el gel del aloe vera en una licuadora e incorpora la miel natural. Si no tienes miel, puedes agregarle el zumo natural de cualquier fruta.
- Licúa hasta obtener un líquido homogéneo.
¿Cómo tomar la bebida de aloe vera?
Una vez tengas la bebida de aloe vera preparada, procura tomarlo de inmediato. Lamentablemente, el aloe vera se suele oxidar rápido.
Pero si llegaste a preparar bastante, guarda el zumo en un recipiente hermético y ponlo en la nevera. Así se conservará por más tiempo.
Hay quienes recomiendan tomar el jugo en pequeñas dosis entre 2 y 3 veces al día y en máximo 10 días (1 semana es lo recomendable). De todas maneras, lo primordial es asegurarse con un especialista.